viernes, 13 de enero de 2012

El alma de una sirena

Un soplo, o un aire sutil, la presencia del alma siempre me ha parecido un ingrediente interesante en cualquier lectura, ya sea porque encierra un misterio de algo fabuloso por ocurrir, o porque su sola mención predice salvación o condenación.

Les comparto un extracto de uno de muchos relatos que me siguen llamando la atención,  leídos o no por ustedes que lo disfuten.

Le dejo la incógnita de cuál puede ser el alma de la sirena.


“…Una tarde el pescador llamó a la sirena y le dijo: -Sirenita, sirenita yo te quiero. Seamos novios porque estoy enamorado de ti.

Sin embargo, la sirena se negó moviendo tristemente la cabeza, mientras decía:
-Tienes un alma humana. Solo podría amarte si tú te desprendes de tu alma.

Entonces el joven pescador se dijo: 
- ¿De que me sirve mi alma? No puedo verla, no puedo tocarla, no la conozco. La despediré y poder ser feliz, extendiendo los brazos hacia la sirena le dijo:


 - Expulsaré a mi alma, y entonces seremos novios, y viviremos juntos en lo más profundo del mar, y me mostrarás todo lo que has cantado, y yo haré todo lo que quieras, y ya nunca podrán separarse nuestras vidas.

La sirenita rió alegremente escondiendo el rostro entre las manos.

-Pero ¿Cómo podré desprenderme de mi alma?- preguntó el pescador-. Dime qué debo hacer y lo haré ahora mismo.

¡Ay! -repuso la sirenita-. ¡Yo no sé!

 Los hijos del mar no tenemos alma.

Lo miró con sus ojos ardientes y se hundió en lo profundo…”
 

***Extracto del cuento: “El Pescador y su alma” de Oscar Wilde.


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