
Por caridad el pequeño animal
dejó ir a
la fiera: te dejo todo dispuesto
para tu
próxima captura, y
en contra
de tu voluntad consumo mi fuego.
He decidido
buscar aquella seña
que me
indique el camino del amanecer
más claro,
y así quizás conocer después la oscuridad.
Estos
huesos están oxidados, eso me indica
el humano
industrial con
su ronca
voz, parece que ha decidido acompañarme.
En mi
recorrido ansío tropezar con uno de esos seres,
saber de sus proezas, y que
me
confirmen que no son animales,
de seguro
también dirán ‘somos muy aptos para la poesía’.
Ahora
entiendo su decir ¿Crees que me importan un par de piernas?
¡no las
necesita!, si levita a dos metros de mi cabeza.
Creo
necesitará unos metros más para alcanzar su reino.
Por caridad
le ayudo a repetir ‘no me toca hoy,
me toca
mañana, déjame crear, y destruir’.
Tanto oro no
es suficiente para
encontrar
una mujer que le quiera.
Espero el
amanecer, el humano industrial
me muestra
el camino a casa ¿A casa?,
olvido que
la fiera me ha encontrado.
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