Me has sorprendido en una vuelta,
miro como eres capaz de trenzar toda
una tarde raíces, al punto que he quedado sin jardín,
¿Puedo darte un momento de descanso?
Mientras alimento tu ser en leche
te pido permiso para ser tu madre,
tu respuesta espera al anochecer
si es que el fantasma regresa.
Su presencia me dice que pronto cabe una tumba;
mientras tanto desplumo lo poco
que queda de aquél pollo, bueno,
de aquella ave que se pavoneaba en el jardín,
y se creía perro guardián más que otra cosa.
Esta versión en miniatura
sabrá como defenderse
en mujer,
me recuerda que en la inocencia
la vida es un juego.
me recuerda que en la inocencia
la vida es un juego.
***A Kiara, por enseñarme el sol en sus dedos.